martes, 28 de julio de 2020

La circulación atmosférica es una vía importante de transporte de microplásticos hacia regiones remotas

En el año 2018 se alcanzaron las 359 millones de toneladas de producción mundial de plástico. Los residuos de plástico son en parte emitidos al medio ambiente como partículas macroplásticas (> 5 mm), microplásticas (1 μm a 5 mm) y nanoplásticas (<1 μm) pudiéndose fragmentarse en tamaños más pequeños mediante distintos procesos físico-químicos.

En los últimos años, los estudios científicos sobre los microplásticos se han centrado fundamentalmente en sus efectos en las aguas marinas y terrestres, en cambio se ha prestado mucha menos atención al transporte de los mismos a través de la circulación atmosférica.

Como fuentes de emisión atmosférica de microplasticos podemos destacar a los vehículos debido a la emisión de partículas de desgaste de neumáticos (TWP) y la de desgaste de frenos (BWP). Un receptor importante de estos microplásticos es el Océano, debido a que aproximadamente el 34% de los TWP y el 30% de los BWP emitidos (100 kt año -1 y 40 kt año -1 respectivamente) se depositaron en él.

Una de las regiones receptoras es el Ártico, especialmente entre finales del invierno y la primavera. La eficiencia del transporte es del 3,6% . Estos patrones de transporte pueden potencialmente intensificar el riesgo climático derivado de la contaminación microplástica, como consecuencia de su capacidad para disminuir el albedo en el Ártico y facilitar así la fusión de la nieve y el hielo. Leer más