lunes, 4 de abril de 2022

Las emisiones de estufas, cocinas y hornos de gas natural en nuestras casas podrían suponer un riesgo para la salud

Numerosos estudios han demostrado que los contaminantes relacionados con la cocina y la calefacción pueden aumentar el riesgo de muchas enfermedades. Si bien existe una amplia investigación sobre el impacto de la contaminación por gases y partículas (PM2,5 y PM10) en el exterior, son mucho menos conocidos los efectos en la salud de estos contaminantes cuando se generan dentro de la casa. La mayoría de los hogares de los países en desarrollo sin acceso a la energía limpia utilizan aparatos de combustión y combustibles ineficientes, generalmente en condiciones de muy poca ventilación.

Las estufas de gas natural de más de 40 millones de hogares estadounidenses liberan metano (CH4), un potente gas de efecto invernadero, a través de fugas en los contadores y de una combustión incompleta. Además de las emisiones de metano, otros contaminantes atmosféricos perjudiciales para la salud, como los óxidos de nitrógeno (NOx), se liberan en el aire de los hogares y pueden provocar enfermedades respiratorias.

Un estudio publicado en la revista Enviromental Science & Technology en enero de 2022, cuyos autores fueron Eric D. Lebel, Colin J. Finnegan, Zutao Ouyang y Robert B. Jackson, demuestra que las familias que no utilizan sus campanas extractoras o que tienen una mala ventilación en la cocina, pueden superar la norma nacional de 1 hora de NO2 (100 ppb) a los pocos minutos de utilizar la estufa, especialmente en las cocinas más pequeñas.


El estudio da varias recomendaciones para limitar en la medida de lo posible estas emisiones y no poner en riesgo la salud de los habitantes en una casa. Una de ellas es tener un detector de metano portátil para poder detectar el momento en que se alcance una concentración superior a la adecuada de este contaminante en un espacio cerrado.

Los autores consideran que se debería recoger mediciones adicionales de las tasas de emisión directa de otros contaminantes procedentes de las estufas, como el monóxido de carbono (CO) y formaldehído, ya que actualmente no se dispone de estos datos. Recomiendan medir los índices de emisión de NOx de otros aparatos de gas y de aparatos eléctricos para poder comparar. Leer más

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