miércoles, 23 de septiembre de 2020

La contaminación del aire hace que los olores de las flores sean poco atractivos para las polillas

La polinización es un servicio ecosistémico indispensable para la supervivencia de cientos de especies, que es realizado principalmente por insectos. Las flores emiten aromas, que son señales químicas por las que los polinizadores pueden tener una preferencia innata.

Un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Ecología Química y de la Universidad de Virginia ha investigado si la contaminación del aire con ozono provocada por los humanos influye en la atracción de una polilla por el aroma de una de las flores que poliniza.

En primer lugar determinaron la composición exacta de los olores de las flores, con un incremento en la concentración de ozono y sin él, mediante cromatografía de gases. Para los olores alterados por el ozono, los investigadores utilizaron concentraciones de ozono que se registran en los días calurosos en el hábitat natural del polinizador. Para investigar las respuestas de las polillas se realizaron diferentes ensayos en  un túnel de viento, con el olor floral original y el alterado por el ozono.

Los resultados de dichos ensayos mostraron que las polillas pierden por completo la atracción innata de la polinización cuando las concentraciones de ozono son elevadas.

También se estudio el comportamiento y el aprendizaje de las polillas ante los nuevos aromas florales contaminados y se pudo concluir que el polinizador podía aprender los aromas florales contaminados de varias formas diferente. Por lo tanto el aprendizaje puede ser clave para que reconozcan sus plantas hospedadoras en ambientes contaminados, aunque este hallazgo debe de ser comprobado para la gran diversidad de insectos polinizadores que existen.Leer más

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