
Las dehesas y montados ibéricos son sistemas agroforestales protegidos por la Directiva Europea de Hábitats debido a los altos niveles de diversidad biológica asociados a su estructura similar a la sabana. Sin embargo, se sabe que la dispersión de árboles en dehesas, montados y otros sistemas agroforestales compromete la regeneración de los árboles, aunque trabajos recientes sugieren que puede proteger a las poblaciones de árboles del calentamiento climático al aliviar la competencia planta-planta. En el trabajo se analiza cómo las condiciones climáticas, el aislamiento de los árboles y sus interacciones influyen en los resultados de las etapas de regeneración, desde la producción de flores hasta el establecimiento temprano de las plántulas, utilizando los datos recopilados durante el monitoreo a largo plazo (2001-2018) de aproximadamente 300 árboles de Encina Quercus ilex ubicados en el centro de España.
El esfuerzo reproductivo de
la encina, las pérdidas de semillas predispersales y el reclutamiento temprano
de plántulas fueron sensibles al cambio climático, especialmente a la sequía
durante todo el año. El esfuerzo y el reclutamiento temprano de plántulas
disminuyeron, mientras que el aborto y la depredación predispersal de semillas
aumentaron, con mayor intensidad de sequía. El calentamiento de primavera
aumenta la efectividad de la polinización, pero no tuvo más efecto en los
cultivos de bellota. La tala de bosques parecía tener poco margen para mejorar
estos efectos negativos, como lo demuestran los efectos interactivos débiles o
nulos entre la configuración espacial de los árboles (cobertura o aislamiento)
y las variables climáticas (temperatura de primavera o intensidad de sequía).
La apertura de bosques destinada a disminuir la mortalidad de árboles adultos
bajo escenarios de cambio climático tendría poco o ningún efecto en el
reclutamiento de árboles. Las rotaciones a escala de paisaje alternando la
invasión y el aclareo de arbustos a lo largo de períodos adaptados al cambio
climático se proponen como la principal opción de gestión para preservar tanto
los bosques de robles como las dehesas a largo plazo.
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