La calidad del aire está considerada como uno de los grandes retos sanitarios mundiales debido a la importancia de la contaminación del aire como importante riesgo medioambiental para la salud. El contaminante del aire que se considera que causa los impactos más severos en la salud humana es el material particulado fino (PM2,5).
Es por esto que el objetivo del plan de acción de contaminación cero de la UE es reducir el número de muertes prematuras causadas por partículas finas (PM2,5) en al menos un 55% para 2030, desde los niveles de 2005. Entre 2005 y 2019, el número de muertes prematuras en la Unión Europea debidas al material particulado se redujo en un 33%. En 2019, la mortalidad más alta se registró en las regiones de los Balcanes, donde la quema de combustibles provoca altos niveles de PM2,5, y los números más bajos en las regiones escandinavas, donde los niveles de PM2,5 son más bajos.
La Agencia Europea de Medio Ambiente ha estimado que en 2005, 456.000 muertes prematuras en la UE fueron atribuidas a la exposición a PM2,5. Si se consiguiese una reducción del 55%, el número de muertes prematuras caería a 205.000 por año.
Es necesario tener en cuenta que continuar reduciendo estas concentraciones al ritmo actual durante la próxima década será un desafío. Para alcanzar el objetivo, los Estados miembros deberán implementar plenamente sus programas nacionales de control de la contaminación del aire y las medidas necesarias para alcanzar sus objetivos climáticos y energéticos para 2030.
Disminuir la concentración de material particulado fino conllevaría a políticas nacionales y regionales que tienen como objetivo, por ejemplo, calefacción doméstica, principal fuente de PM2,5, y la implementación de la Directiva de Compromisos Nacionales de Reducción de Emisiones, que contribuyó a una disminución de las emisiones de PM2,5 en la UE en un 29% entre 2005 y 2019. Leer más