jueves, 22 de abril de 2021

El humo de los incendios forestales puede afectar a las personas que se encuentran a miles de kilómetros

El humo de los incendios de los bosques y la turba puede permanecer en la atmósfera durante semanas y viajar miles de kilómetros, afectando a las personas que residen en los lugares por donde pasan las masas de humo.

La destrucción de los bosques debido a los incendios forestales constituye un grave problema medioambiental no solo por la pérdida de biodiversidad vegetal, si no también por la animal. Otra de las consecuencias son los daños materiales que se producen en los hogares, pudiendo llegar a víctimas mortales. 

Las columnas de humo generadas en la combustión de la masa vegetal pueden ascender hasta 14 km y  extenderse por todo el planeta gracias a las corrientes de aire. Por ejemplo, el humo de los incendios forestales siberianos de este verano ha estado presente  en las ciudades cercanas durante meses y se ha llegado a extender por el Océano Pacífico hasta llegar a Alaska.
 
Los incendios forestales del Ártico en Siberia han establecido un récord de emisión de contaminación como consecuencia de la quema de resinas, turba y permafrost, liberando altas concentraciones de dióxido de carbono a la atmósfera, metano, material particulado y  otros contaminantes tóxicos. Por lo tanto los incendios forestales disminuyen la calidad del aire, incrementando la concentración de partículas de pequeño tamaño, elevando los efectos en la salud a corto y largo plazo.

El material particulado emitido por diferentes actividades antropogénicas o naturales, se ha relacionado con una variedad de efectos en la salud a largo plazo, como pueden ser un aumento de la inflamación y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. En cambio el humo de los incendios forestales conlleva un peligro adicional en comparación con otras partículas contaminantes. 

Las emisiones generadas en los incendios presentan gran cantidad de compuestos químicos reactivos que pueden ser cancerígenos y que pueden provocar nacimientos prematuros. Un grave problema debido al movimiento de las masas de humos se debe a las reacciones químicas  que experimentan las partículas en el aire al oxidarse y convertirse en compuestos altamente reactivos con una mayor capacidad para dañar las células y los tejidos que cuando se emitieron.

Se estima que el humo de los incendios forestales en todo el mundo causa más de 339.000 muertes prematuras cada año, mucho más que las personas que mueren directamente en estos incendios. También puede acortar la esperanza de vida de la población durante las frecuentes temporadas de incendios.Leer más



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